“I can draw a red devil from memory.” Cisco says quietly. Sitting in a corner of his studio, surrounded by new paintings in progress, he tells me how he and his high school buddies competed to see who could draw the most jeopardized red devil. From home to school and from school to home, they traveled tightly packed and uniformed on the route buses five days a week, forty-three weeks a year, and along the way they studied and learned colors, designs, and textures. of the bombastic vehicles almost by osmosis. Decades later, after having forged a prolific artistic career at the very crossroads between the geometric abstraction of universal modernism and the traditional trades of Panamanian popular culture, Cisco decided to pay homage to the graphic language of the red devils as he knows best: abstracting it. . The result is this exhibition, whose title is a bus bumper proclamation.

“Yo puedo dibujar un diablo rojo de memoria.” afirma Cisco tranquilamente. Sentado en una esquina de su estudio, rodeado de pinturas nuevas en proceso, me cuenta como él y sus colegas de la secundaria competían para determinar quién podía dibujar el diablo rojo más yeyo. De la casa al colegio y del colegio a la casa, viajaban apretujados y uniformados en los buses de ruta cinco días a la semana, cuarenta y tres semanas al año, y sobre la marcha estudiaban y se aprendían los colores, los diseños y las texturas de los rimbombantes vehículos casi que por osmosis. Décadas más tarde, después de haber forjado una prolífica carrera artística en la mera encrucijada entre la abstracción geométrica del modernismo universal y los oficios tradicionales de la cultura popular panameña, Cisco decidió rendirle homenaje al lenguaje gráfico de los diablos rojos como mejor sabe hacerlo: abstrayéndolo. El resultado es ésta muestra, que lleva por título un pregón de parachoques de bus.